Los que me conocéis un poco más, sabéis que no soy de las que celebra el Día de los Enamorados. No solo no lo he celebrado en mi vida, sino que me parece de lo más cursi. Es más, es un día que no me gusta nada. Sobretodo porque no me gusta que me digan cuándo tengo que querer o cuándo tengo que demostrarlo ja ja.
Doy gracias por tener un maridín que lleva casi 15 años demostrándome lo mucho que me quiere. Sin venir a cuento y en el día a día. Un pequeño gesto como coger una mano, apoyarse en un hombro o un "te quiero" sin venir a cuento hace mucho más que el regalo más caro del mundo. Como me dijo una vez Estefanía (de Con dos tacones), lo que tu marido siente por ti "no es HAMOR (si eres lectora de Estefanía sabrás por qué es con hache ;)) sino devoción". Y tenía razón.
Como decía, gestos que, muchas veces, se van perdiendo por la vorágine del día a día; el estrés, las prisas, las obligaciones, las prioridades, el agotamiento... a veces nos hace que dejemos de dar ese beso de buenos días o dejemos de cogernos de la mano. Por eso, paraos a pensar un momento. Pensad en aquello que hacíais de novios o recién casados y que acabáis de caer en la cuenta que ya no hacéis. Proponeos recuperar, desde hoy mismo, ese "gesto" perdido.
Por mi parte, para ayudaros un poquito en esta tarea, os he preparado una chequera que podéis regalar a vuestra persona favorita (click aquí para descargarla). Un regalo de lo más baratito, con el que "obligarnos" a realizar pequeños gestos por la persona a la que queremos. Ya sabéis que no basta con querer a alguien, sino que, además, hay que decírselo.
Y, recordad: TODOS LOS DÍAS ES SAN VALENTÍN.
